El karate puede satisfacer las necesidades de diferentes tipos de personas. Puede ser practicado para tener una buena salud, así como para mantener la belleza y la condición física, y por supuesto para la defensa personal o para una lucha real. Pero eso no es todo.

Un practicante de karate jamás debe albergar una actitud agresiva, considerando el karate como un medio para la evolución personal a través de técnicas físicas. Ya que, el karate se caracteriza por procedimientos y normas de respeto y ética, debido a su origen del bushido japonés. 

El karate también es un sistema de defensa personal que ayuda a canalizar la agresividad de la persona a través de la gran actividad física que se realiza. Es un inmejorable método para el desarrollo físico, pues pone en juego todos los sistemas del cuerpo y lo amplia, al tiempo que favorece su funcionamiento: aunque lo principal es que desarrolla la personalidad y el carácter de quien lo practica, siendo este su verdadero objetivo. Haciendo el karate un deporte que cualquier persona de cualquier edad pueda practicarlo ya que en su filosofía no hay un límite para lograr la perfección marcial.
La práctica de este arte marcial tiene un impacto positivo en el bienestar psicológico de sus practicantes. Su carácter como practica de grupo ayuda a que la gente se relacione de mejor manera; a los niños que son algo tímidos les ayuda a desenvolverse y a los más inquietos les ayuda a canalizar sus emociones.

La práctica de este deporte no solo se centra en pelea, ya que abarca algo de gimnasia o pateo acrobático, convirtiendo al practicante en un atleta muy completo físicamente listo para competencia y mentalmente para la vida cotidiana.